Investigadores peruanos usan residuos agroindustriales para generar envases 100% biodegradables en Trujillo

Publicado el 14 de julio de 2020


  • En la región La Libertad se promueve la economía circular mediante la utilización de residuos de peladilla del espárrago, semilla de palta, pepa y cáscara de mango, el orujo de la uva, y el uso de nanotecnología. 

Con el objetivo de contribuir con desarrollo agroindustrial del país, la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), con el apoyo de Concytec y el Banco Mundial, lleva a cabo una investigación que consiste en la elaboración de plásticos 100% biodegradables con potencial aplicación en la industria alimentaria.

A través del uso de residuos como la peladilla del espárrago, la semilla de palta, la pepa y cáscara de mango, el orujo de la uva, entre otros compuestos que se obtienen de las agroindustrias en la región La Libertad, se prepara la materia prima que permitirá producir envases para cubrir y proteger alimentos, que volverán a ser utilizados por estas empresas, generando un proceso de economía circular, con enormes beneficios medioambientales, económicos y sociales.

En conjunto con el CITE Agroindustrial Chavimochic, la UNT viene desarrollando estudios sobre la generación de estos plásticos y la extracción de almidón a partir de fuentes no alimenticias para evitar y disminuir el uso de polímeros sintéticos (plásticos) y de esta manera contribuir a la mejora de la productividad y competitividad en el norte del país.

“Esta investigación abarca tres etapas fundamentales: la primera comprende la identificación, caracterización y acondicionamiento de los residuos generados por la agroindustria. En la segunda etapa, se busca obtener tres biopolímeros: polihidroxialcanoatos, celulosa bacteriana y almidón. La tercera etapa consiste en generar bionanofibras con propiedades mecánicas adecuadas para su industrialización, a partir de esos tres biopolímeros, o la mezcla de ellos, empleando la tecnología electrospinning/electrospray”, indicó la doctora Gabriela Barraza Jáuregui, investigadora principal del proyecto.

Además, precisó que el objetivo es que dichas bionanofibras para producir empaques industriales, así como películas para recubrir y proteger alimentos frescos envasados, tengan cierta firmeza, flexibilidad, porosidad, permeabilidad, para garantizar la conservación y frescura de los alimentos brindándoles un mayor tiempo de vida.

Este proyecto es una muestra de la importancia de invertir en ciencia, tecnología e innovación para lograr una mayor diversificación económica, y una mejor productividad en el país.

Para la ejecución de esta iniciativa, la UNT recibió financiamiento por parte del Concytec, en convenio con el Banco Mundial, a través de su unidad ejecutora Fondecyt.

Mayor información: https://bit.ly/3dflFBF